domingo, 8 de agosto de 2010

Mmmm... EVALUACIÓN?

Mi primera experiencia en cursos virtuales ha sido en esta maestría, de lo cual he considerado algo muy valioso para mi vida porque me ha permitido ver y sentir el crecimiento en el camino que he emprendido, es la primera vez que he podido ver tan directamente mi responsabilidad en el proceso de desarrollo intelectual, he visto una guía clara de donde partir y hacia donde ir, además de ser un reto muy interesante por las herramientas a usar que no solo me permiten aprender sino también crecer en paciencia y confianza en mi misma.
Cacharriar... esa palabra tan cotidiana, pero tan importante para estos cursos virtuales, en esos momentos de cacharreo, he vivido el sentido del aprendizaje, cuando logro hacer algo por mis propios medios siguiendo indicaciones, siento el disfrute del aprendizaje, hago el click y me aseguro de que por haber sido significativo no lo voy a olvidar facilmente.

Recuerdo lo duro que sonó a mis oidos cuando el profesor Andrés Pérez dijo en clase de Ambientes virtules: lo último que deben hacer es preguntar y luego lo escribió en la plataforma, me dio como una rabiecita por dentro porque me dije, pero para eso no están los maestros? Sin embargo me propuse a no hacerlo, utilicé dos herramientas: una buscar por mi misma hasta encontrar la respuesta y la otra por si no funcionaba la primera, preguntarle a mis compañeros de quienes a veces encontraba respuesta de "yo tampoco sé", pero entre varios llegábamos al lugar que esperábamos. Aclaro que el profe siempre fue muy generoso con su acompañamiento, pero fue clave para mi su frase al principio porque me retó.

Cuando iba en la mitad del curso me di cuenta de lo valioso que es no depender del profesor todo el tiempo, de que los compañeros son un gran apoyo y que yo misma tenía muchas fortalezas para encontrar respuestas. Lo mismo me ha pasado en este nuevo curso, donde siento que he crecido porque además de estar muy bien organizado, siento que los profesores apoyan el proceso pero dejan ser, dejan desarrollarse, dejan aprender. De hecho, de la semana uno a esta, lo que más he aprendido es a manejar la cantidad de información, he ganado bastante, ya no siento estar abrumada, por el contrario me causa curiosidad saber qué hay de nuevo en doctic, qué piensan mis compañeros y cómo combinarlo con lo que yo sé.

Otro asunto al que he estado muy enfrentada es con relación a la nota, generalmente me ha interesado ser muy buena en lo que hago, dar lo mejor con espera de un buen resultado y en este caso la nota que el profesor asignara a mi trabajo. A hoy he cambiado un poco, aun me interesa el número, pero siento que he tenido más consciencia de valoración, de reconocimiento de las cosas que me faltan y de las que mejoré, de lo que significa parender.

Llevo varios años hablándole a mi grupo de docentes sobre la importancia de la evaluación, pero ahora que lo vivo veo que es necesario que más allá de explicarle a los estudiantes cómo lo deben hacer, se deben abrir espacios para que expresen cómo se sienten con relación a lo que aprenden, tal cual lo estoy haciendo en este momento gracias a los profesores que lo proponen.

Podría decir que no me siento sujeta a la nota en este momento, es más, si bien sé que debo dedicar buen tiempo a este curso (más del que se imaginan los profes), me motiva hacerlo porque siento que más allá del requisito de la maestría, lo que me va a quedar es una riqueza para mi vida. No siento pereza por tener que cumplir con las tareas porque le he encontrado una razón de ser a todo, estoy confiada en que habrá un producto final (me refiero al del curso) en mi, que me servirá para lo que me falta por aprender que es un MONTÓN.

2 comentarios:

  1. Gloria,
    efectivamente Mmmmm...evaluación! Quizás antes no había practicado la autoevaluación pero ahora se está desquitando...para bien... ya que su entusiasmo con DOCTIC le genera cada día más y mejor aprendizaje.
    Contrariamente a muchos cursos tradicionales en done el estudiante produce una tarea para el profesor y éste se la devuelve con alguna que otra anotación y la temida calificación. Y los demás estudiantes no se enteran del contenido de la tarea que fue intercambiada entre un estudiante NN y el profesor.
    Aquí el hecho de dejar entradas en su blog la posiciona (como a todos los demás participantes en DOCTIC)frente a una lectura pública y, de alguna manera, frente a una evaluación que el lector hace consciente o inconscientemente de sus entradas. El intercambio con el otro abre las puertas de la coevaluación...Y la lectura que usted hace de los comentarios que recibe la sitúa frente a nuevos saberes; saberes que, de alguna manera, se construyen en red con personas cercanas (sus compañeros de maestría) y otros participantes desconocidos (como yo)que aprende de lo que usted escribe.
    Animos para seguir con el mismo entusiasmo..y ojalá sea un entusiasmo contagioso.

    Cordial saludo,

    Jean Michel Chaupart

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  2. Creo que este proceso de la maestría nos ha dado a todos una gran enseñanza en esto de la evaluación. Creo que cada uno sabe el resultado de su trabajo,solo necesitamos al profesor para que ratifique lo que hemos hecho con un número; pero a veces ese número está mediado por la subjetividad. Es innegable que se cruza, pues somos sujetos y estamos llenos de ella: subjetividad, yo considero un valor, el otro considera uno diferente. La evaluación debería ser inherente al aprendizaje... una conexión automática que asigne una nota a lo que sabemos. Claro que vuelve el problema: la nota. ¿quién sabe 5?, ¿ó 3?, ¿ó 1? ¿Hay alguien que no aprenda nada para evaluarlo con 0?

    Gloria, gracias por tus comentarios.

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